32 años del golpe (Una joven visión)




Se hace realmente muy complejo escribir algo sobre los 32 años de la dictadura militar sin opinar o sin apelar a una subjetividad sin precedentes. Sin embargo es una realidad que si de la dictadura militar se trata, de subjetividad se trata. Fue una época de subjetividades varias.

Me desayuné este lunes con una encuesta que el diario Crítica hizo a chicos entre 17 y 25 años sobre el Proceso de Reorganización Nacional que comenzó un 24 de Marzo de 1976. Yo, con 25 años, me considero una persona informada que está al tanto de lo que pasó en aquel aberrante momento de la historia argentina. Ahora, creo que cabe preguntarse, quizá desde la ignorancia que me da no haber vivido ese momento histórico, donde estaban y que estaban haciendo todos los “supuestos adultos” que ahora se rasgan las vestiduras al saber que nuestra generación no está muy al tanto de lo que pasó.

Otra cuestión para tener en cuenta es que ningún niño de 5, 6 o 7 años tomaría por sus propios medios, un libro de historia para desandar los caminos de la vida en la República Argentina de esos tiempos, con lo cual cabe preguntarse también ¿Dónde estaban los adultos que deberían enseñar y comunicar para no invocar al olvido? El desagradable sistema de gobierno que reinó durante la última dictadura no sólo vació de contenido a toda una generación de dirigentes que aniquiló (como decía aquel decreto pseudo-democrático en el que se justificaron los militares) sino que también logró implantar en la conciencia colectiva de los argentinos, cosmovisiones peligrosas para cualquier país como la del “No te metás” o “Para qué meterse en política si la política no sirve para nada”.

Después de toda esta época en donde la dictadura triunfó en su periplo de disciplinar (según su concepción y a su medida) a toda una población que ahora muestra sus consecuencias en la generación siguiente. En mi caso, desde que tengo uso de razón, mi viejo siempre estuvo de acuerdo con la dictadura de Videla, Massera, Agosti y todos los que vinieron después. Sí, bastante facho el viejo. Yo no se si fue por rebeldía adolescente de esas que te hacen ir en contra de tus viejos o por conocimiento lógico y raciocinio independiente pero la realidad indica que estoy en las antípodas de esa concepción del mundo que me quisieron inculcar de chico.

No se en que momento me topé con las historias de vida que sufrieron la última dictadura militar, tampoco se como llegué a estar informado sobre el tema, tampoco se como es que comencé a sensibilizarme y a que no me de lo mismo lo que pasó. Lo cierto es que se hace absolutamente necesario comenzar a inculcar en las generaciones venideras e incluso en la nuestra, lo aberrante que fue ese pasado desagradable que se erigió frente a una población que lo vitoreaba desde la Plaza de Mayo pidiendo el orden y despreciando la vida. La misma población que festejaba la ida de Isabel es la que ahora se horroriza con cierto grado de asquerosidad cuando ni más ni menos que sus HIJOS no saben lo que pasó. ¿Será que no querían que nos enteremos que ellos la apoyaron con todas sus fuerzas? ¿Qué estaban en la plaza? ¿Qué son tan fachos como ellos?

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