Economía politizada (el interior, el exterior y… ¿lo otro que?)

Se cumplen 7 días del paro más importante que sufrió el clan Kirchner desde su llegada al poder en 2003. Un paro de gran importancia si tenemos en cuenta que es impulsado por el sector más dinámico de la economía nacional y el principal sostén del proceso productivo de nuestro país. Mientras tanto, las tapas de los diarios reflejan otras cosas.

Un poco de historia
Hay tanto para decir cuando se habla de la relación que los gobiernos tienen con el campo en la República Argentina. Los orígenes se remontan a muchísimo tiempo atrás. Pensar esta situación requiere retrotraerse a aquella nefasta División Internacional del Trabajo que realizó nuestra “verdadera” madre patria, Inglaterra en los comienzos del capitalismo moderno a principios del Siglo XX. Allí se decretó que la Argentina sería país exportador de materia prima e importador de productos manufacturados sellando a fuego la dependencia colonial que dura hasta hoy.

Volvamos a la actualidad. Desde el año 2003 (momento en el cual el clan Kirchner tomó el poder y las riendas de la República Argentina) la economía se transformó en el principal bastión de “venta” política en nuestro país. Así para las elecciones legislativas de 2005 todas las cifras habidas y por haber se vertían en cuanto acto político existiera. Fue de esta manera como algunos de los que menos entendían sobre temas como el Producto Bruto Interno, el superávit fiscal, la cotización del dólar, etcétera, comenzaron a familiarizarse con estos términos.

Pero algunas cuestiones dejaron de ser color de rosa. La economía empezó a reaccionar de otra manera y a darle un revés al clan que después de cuatro ministros de economía (contando a Lavagna, Micelli, Peirano y ahora Lousteau) sigue sin encontrar el rumbo.

Se inflan los problemas, se importa la solución
Hace ya un tiempo que la inflación complica el panorama del gobierno nacional que pensó, en un primer momento, que manosear los índices del INDEC sería suficiente para tirar esa cortina de humo digna de un ninja de película japonesa el domingo a la noche en I-Sat.

No sirvió y los precios siguieron yéndose por las nubes. Tanto que en un primer momento empezó a ser más barato comer carne que ensalada y poco tiempo después resulto complejo comer cualquiera de las dos cosas. Hoy por hoy se teme que resulte complejo COMER. Para garantizar el consumo interno, entonces, el gobierno nacional decidió imponer retenciones más altas para que, a partir de esto los productores agropecuarios exporten menos y baje el precio para el consumo interno debido a acrecentar la oferta.

Esta claro, sin embargo, que con un dólar tan alto es muy favorable para el gobierno aumentar la carga impositiva al principal sector de exportación del país para recaudar más. Aquí es donde la cuestión comienza a volverse cada vez más compleja. El estado se financia a costa de los productores, dicen estos últimos. Desde el ejecutivo afirman que están ganando demasiado y que hay que redistribuir.

Tomala vos, damela a mí
Hablemos de redistribución. Se supone que la redistribución de la riqueza tiene que darse de forma equitativa porque una redistribución que oriente las divisas para sacarlas de un sector favorecido por el contexto mundial y llevarla a otro sector empresarial no le brinda un mayor poder adquisitivo a la población en su conjunto, sino sacarle a unos p
ocos para darle a otros pocos. Sería algo así como Robin Hood pero en vez de darle a los pobres, le dan a los otros ricos.

¿El interior de que?
Se habla entonces del interior. El interior vendría ser todo aquello que no es Capital Federal y el conurbano bonaerense; el exterior por su parte es todo lo que no pertenezca a la República Argentina; cabe preguntarse entonces, ¿bajo que categoría entran la Capital Federal y sus alrededores? No son interior, no son exterior. Queda claro el error que se comete al llamar interior a la mayor parte del territorio argentino.

Pero es el mal llamado interior el que comienza a financiar a los grandes centros urbanos de nuestro país. Esa es la queja que el campo manifiesta en sus marchas, manifestaciones, protestas, cortes de ruta, etcétera.

A continuación escuchamos al Presidente de Productores Agropecuarios de Luján en diálogo con Magdalena Ruiz Guiñazú hablando sobre este tema.


Ahora veamos esta cuestión que también resulta interesante. Es sabido el trato y maltrato que el kirchnerismo en su conjunto tiene con la prensa. Nestor Kirchner, el ahora expresidente que en sus cuatro años de mandato no realizó conferencias de prensa y que utilizó para comunicarse, los actos de anuncios de obras públicas y otras reuniones de ese tipo. Este manejo para con los medios sigue existiendo y es cada vez mayor. A continuación se adjuntan las fotos de las tapas de hoy de los principales diarios, Clarín, La Nación y Página 12.


Si tratáramos de encontrar una metáfora para explicar como funciona el estado argentino en estos tiempos podríamos decir que es como el cuerpo humano. Nadie le da importancia a lo que se encuentra en el interior porque no se ve pero es lo que nos mantiene funcionando.



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