El Otro

La cuestión de la otredad tiene larga data. Desde tiempos inmemoriales el ser humano en su afán de encontrar nuevos destinos se ha encontrado con otros distintos a si mismo.

Desde el Siglo XIX la antropología se dedicó de estudiar a ese otro que se le presentaba y que, los poderes centrales, necesitaban dominar y delimitar para colonizar y acoplarlos a la no tan incipiente revolución industrial que comenzaba. Luego, como ya planteamos en otras entradas, el capitalismo encontró un tope, un techo y se vio obligado a inventar recursos, ya que en el afán de provocar la libre circulación de fondos fomentó la libre circulación de seres humanos.

Hoy la inmigración es criticada, es vista como un problema y es una excelente forma de discriminar sin ton ni son a cuanto ser humano cruza de un lado al otro las fronteras de su país. Los países en su forma de estado-nación conocido actualmente también es una construcción artificial de este sistema político reinante por lo tanto sus defectos son de la misma forma responsabilidad de este capitalismo despiadado.

Advertencia: A partir de este párrafo parecerá que cambié rotundamente de tema. No es así, siga leyendo con atención.

La vida ronda alrededor de gente que sabe contar historias. Un programa de radio es contar una historia, lo mismo en la tele, una obra de teatro es una historia vivida e interpretada en vivo y en directo, una película es una historia contada a través del montaje. Si hay alguien que sabe de contar historias en este rubro es, sin duda, Steven Spielberg. Nos ha conmovido a todos con historias como las de ET, Jurassic Park y muchísimas otras que no vale la pena enumerar.

Lamentablemente, son muchísimas las veces en las que los rótulos encasillan y obnubilan a la realidad. El famoso director filmó en 2004 una película que fue presentada como una comedia. A rigor de verdad, tiene numerosos momentos muy graciosos pero sin embargo es una fervorosa crítica a la política migratoria estadounidense llevada al más extremo (o no tanto) de los ridículos posibles con el único fin de hacernos pensar un poco. Aquí es donde esto se relaciona con lo anterior. Es aberrante terminar de ver esta película sabiendo que suele suceder algo de similares características en la rutina diaria estadounidense.

Un momento de reflexión enmarcado entre tantas risas. Disfruten de La Terminal pero con otra mirada, esa mirada que intenta pensar desde el otro diferente e inmigrante para favorecer a la aceptación.




Comentarios

Entradas populares de este blog

Luis XVI y María Antonieta

Las palabras dicen muchas cosas

Un tango para Serrat