La vida suele ser un tango


La vida es un tango, dijo alguien
que para mí, aquella vez,
exageraba.

Y aquí, donde me vez,
estoy, tratando de entender
las sinrazones de un saber,
cuanto menos
inexplicable.
Es que ahí está ella, ahí estoy yo;
terminando de vivir esta historieta.

No es casual que seas vos,
Buenos Aires,
que álgida y risueña
te animes a mostrarme este mundo
altanero, compadrito, burlón y singular.

No es casual que entre giños,
cortes, quebradas, piberíos
te dejes sonreir por los míos
indiferente; coqueta, irreverente
sos, ante cualquiera, causal de todo aquello
incluso algún que otro frente.

Y si, la vida tiene que ser, nomás un tango
para aquellos, que torpes, elegimos
vivir bajo tu ala.
Sin más refugio que las balas,
que obligan a rimar disonante,
estoy yo y tantos otros delirantes
eligiendo tiempos por palabras.

Soy feliz y así me encuentra
en mi cumple 29.
Rimo, pienso y disfruto,
todo aquello que se puede
en una noche substanciosa, etílica y apuballente,
llenas de sonidos desafiantes
donde decir QUIERO es algo más
que ser un mero dibujante.

Sos vos, hermosa Buenos Aires,
la causante de decidias y utopías,
epoyeyas, risas, gestos de hombría,
cuando rabiosa, fuerte y furiosa,
como quién no quiere la cosa,
deja entreverse a sangre fría.

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