Cortar o no cortar, esa es la cuestión



Todavía puedo escuchar, leer y ver a cuanto medio de difusión se encuentre en este país hablando del paro del campo y de lo contraproducente que era que ese sector efectuara cortes de ruta alrededor de todo nuestro territorio.

Hoy pareciera ser que cortar la ruta vuelve a hacer noticia. Vuelve a estar en el tapete, cortar o no las rutas. Resulta interesante ver como se va condicionando esquemáticamente una y otra vez las diferentes opiniones en relación a esto.

El día 9 de abril de 2008 amaneció mostrándonos una realidad distinta a cualquier otro miércoles rutinario de una semana cualquiera. Un accidente fatal en la Ruta 9 entre las ciudades de Lima y Baradero involucró a más de 30 vehículos y por ahora el saldo es de más de 35 heridos y 4 muertos.

Ahí comienza la discusión porque como suele pasar en estos casos, se trata de buscar culpables, responsables. Suele ser una característica nacional tratar de identificar a aquella persona a señalar cuando hubiese sido 100 veces más fácil prevenir lo obvio. Las rutas argentinas, en general, son un caos. Están mal señalizadas, mal iluminadas, con imperfecciones asfálticas y con argentinos que las transitan, lo cual no es decir poco. Más allá de lo impactante de la noticia creo que ninguna persona con algún nivel de sensatez puede animarse a afirmar que lo tomó de sorpresa. Se sabía que iba a pasar.

Pero la discusión es otra. Resulta ridículo y alarmante pero sencillamente se podría haber solucionado todo el conflicto con un corte de la ruta hasta que la escasísima visibilidad mejore para que los vehículos detenidos puedan reanudar su marcha. Así, las más de 30 familias involucradas en el accidente ahora podrían estar desarrollando sus tareas habituales. Ahora bien, cabe destacar que suena a cortoplacismo barato que la gente de los medios afirmen que había que cortar la ruta. Eso sólo no basta.

Las casualidades de la vida hicieron que este fatal accidente pase la misma noche que el Honorable Senado de la Nación se sienta a tratar sobre tablas la Ley de Seguridad Vial. Tarde señores, muy tarde, evidencialmente tarde. Las miles y miles de personas que murieron y mueren día a día en accidentes de tránsito son el karma que pesa sobre las espaldas de los responsables que, como siempre, llegan tarde.

Es muy temprano para hacer conjeturas y seguramente habrá más para escribir sobre el tema, sobre las irregularidades, sobre el OCCOVI, sobre las empresas concesionarias de autopistas, sobre los negocios, los tejes y manejes, etcétera. Por ahora, indignación y tristeza porque cuando los medios afirman que se podría haber evitado cortando la ruta yo pienso que se podría haber evitado cortando con la falta de educación vial, cortando con la entrega de registros sin exámenes exhaustivos, cortando con la falta de mantenimiento de los caminos, cortando con la falta de gestión política. En fin, hay muchísimas cosas para cortar para después, civilizadamente y cuando la naturaleza lo requiera, cortar la ruta si la visibilidad no es la apropiada.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
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